viernes, 27 de julio de 2012

Las xantinas siguen siendo el tratamiento de elección de la apnea de la prematuridad 

 

AVC | Artículos Valorados Críticamente:
Alvaro RE, Khalil M, Qurashi M, Al-Saif S, Al-Matary A, Chiu A, et al. CO2 Inhalation as a treatment for apnea of prematurity: a randomized double-blind controlled trial. J Pediatr. 2012;160:252-7. D.O.I.: 10.1016/j.jpeds.2011.07.049.

Revisores: Rivas Fernández MÁ1, Sánchez Bueno I2, Buñuel Álvarez JC3

1Hospital General de Cataluña,Capio Barcelona. Sant Cugat del Vallés. Barcelona (España).
2Hospital Universitario Dr. Josep Trueta. Girona. Girona (España).
3Àrea Bàsica de Salut Girona-4. Institut Català de la Salut. Girona (España).
Correspondencia: Mª Ángeles Rivas Fernández. Correo electrónico: mayrivas5@gmail.com
Palabras clave: teofilina; prematuro; dióxido de carbono; apnea
Keywords: theophylline; infant, premature; carbon dioxide; apnea
Fecha de recepción: 19/06/2012   Fecha de aceptación: 20/06/2012   Fecha de publicación: 04/07/2012  

Resumen Estructurado


Objetivo: determinar si el dióxido de carbono (CO2) inhalado es más eficaz que la teofilina oral para el tratamiento de la apnea de la prematuridad.
Diseño: ensayo clínico aleatorio (ECA) doble ciego controlado con placebo.
Emplazamiento: hospitalario (un hospital universitario de Canadá).
Población de estudio: los criterios de inclusión fueron: recién nacidos (RN) con edad gestacional comprendida entre 27 y 32 semanas, ingresados en la Unidad de Cuidados Intensivos o Intermedios Neonatales, que presentaron apnea significativa definida como ≥ 5 apneas resueltas de forma espontánea o ≥ 2 apneas que requirieron intervención (durante un periodo de 12 horas). Se excluyeron niños que estaban recibiendo tratamiento con metilxantinas, suplemento de O2, o presión positiva continua en la vía aérea (CPAP), malformaciones congénitas mayores, sepsis u otras causas conocidas de apnea. Cumplieron los criterios de elegibilidad 191 RN y se obtuvo el consentimiento para participar en el ECA en 87.
Intervención: los participantes se asignaron de forma aleatoria, con ocultamiento de la secuencia de aleatorización, a dos grupos de comparación: el grupo control (GC, n = 46) recibió teofilina oral (dosis inicial de 6 mg/kg seguida de 2 mg/kg cada ocho horas) más 0,5 l/minuto de aire ambiental administrado por cánulas nasales durante tres días. El grupo de intervención (GI, n = 41) recibió CO2 al 3% (del que aproximadamente se inhalaba el 1%) administrado por cánulas nasales más placebo oral de suero fisiológico durante tres días. En ambos grupos, las intervenciones fueron precedidas de un periodo de control de 6-24 horas. durante el cual todos los RN recibieron aire ambiental administrado mediante cánula nasal a 0,5 l/minuto.
Medición del resultado: disminución del tiempo total de apnea (TTA) (duración total de todas las pausas de apnea ≥ 5 segundos). Variables secundarias: disminución del porcentaje de apneas de larga duración (≥ 20 segundos) e incidencia de efectos adversos.
Resultados principales: el descenso del TTA fue mayor en ambos grupos, pero de más magnitud en el GC que en el GI. El GC experimentó un descenso del TTA desde un valor basal de 189 segundos/hora [s/h] hasta 57 s/h (desviación estándar [DE]: 11 s/h) (día uno de seguimiento), 50 s/h (DE: 9 s/h) (día dos de seguimiento) y 94 s/h (DE: 26 s/h) (día tres de seguimiento; p= 0,0001). Existió también un descenso del TTA en el GI aunque de menor magnitud: desde un valor basal de 183 s/h (DE: 44 s/h) hasta 101 s/h (DE: 26 s/h) (día 1 de seguimiento), 105 s/h (DE: 29 s/h) (día 2 de seguimiento) y 94 s/h (DE: 26 s/h) (día 3 de seguimiento; p = 0,003). Al finalizar el periodo de seguimiento, los RN del GI presentaron más episodios de apnea ≥ 5 segundos que los del GC (30 episodios [DE]: 7 episodios frente a 14 episodios [DE: 4 episodios]; p < 0,05). Ocho RN (cinco en el GC y tres en el GI) se excluyeron en el periodo de control por precisar intubación, CPAP o administración de O2. Otros siete RN del GI (frente a ninguno del GC) no finalizaron el estudio por presentar episodios de apnea grave (la retirada se produjo a las 29 horas [DE: 3 horas] de seguimiento).
Conclusión: el CO2 inhalado no puede considerarse una alternativa a la teofilina oral para el tratamiento de la apnea de la prematuridad.
Conflicto de intereses: no existe.
Fuente de financiación: becas del Canadian Institutes of Health Research and The Children’s Hospital Foundation of Manitoba.

Comentario Crítico


Justificación: la apnea de la prematuridad es un problema frecuente en RN pretérmino1. Aunque se aceptan las metilxantinas como tratamiento coste-eficaz a corto y medio plazo2,3, los autores del artículo comentado plantean que sus efectos sobre el desarrollo neurológico en la edad escolar son controvertidos4, por lo que proponen buscar nuevas vías terapéuticas. Este ECA analiza la eficacia de un posible tratamiento alternativo: el CO2 administrado mediante cánulas nasales.
Validez o rigor científico: este estudio presenta diversas limitaciones. La principal es su elevado número de pérdidas durante el seguimiento y la distribución desigual de las mismas entre ambos grupos (12 [29%] en el GI y 3 [7,3%] en el GC): las pérdidas fueron muy superiores en el grupo que recibió CO2 y se produjeron, además, por fallo en la intervención asignada. En vez de realizar un análisis de los resultados por intención de tratar (analizando a los participantes al grupo al que fueron aleatorizados), se excluyeron del estudio, dando lugar a una disminución de su potencia estadística. Pese a ello, al estar relacionadas las pérdidas con la intervención asignada, cabe esperar que, de haberse incluido en el análisis a todos los RN que se excluyeron, la magnitud del efecto hubiera sido aún superior a favor de la teofilina. La definición de apnea utilizada para la variable de resultado principal (segundos totales en los episodios ≥ 5 segundos, sin correlacionar con la saturación de oxígeno o la frecuencia cardiaca) no resulta clínicamente tan relevante como la variable secundaria (número de episodios ≥ 20 segundos). Como limitación adicional, cabe señalar que, pese a la aleatorización, diversas variables potencialmente confusoras no se distribuyeron de forma equilibrada entre ambos grupos y que los autores no realizaron un análisis multivariante de los resultados para controlar estas variables. Los autores no justifican la utilización de teofilina, cuando la cafeína es una alternativa más segura3, tanto a corto5 como a medio plazo.
Importancia clínica: el descenso del TTA fue significativamente mayor en el grupo que recibió teofilina; además, al finalizar el periodo de seguimiento los RN que recibieron CO2 inhalado presentaron más episodios de apnea ≥ 5 segundos que los que recibieron teofilina (30 episodios [DE: 7 episodios] frente a 14 episodios [DE: 4 episodios]; P < 0,05). Estos resultados desaconsejan la utilización del CO2 inhalado como tratamiento alternativo a la teofilina. Solo existe un estudio previo –de los mismos autores6– que analiza la posible utilidad del CO2 en el tratamiento de la apnea del prematuro. La relación beneficios-riesgos-costes, teniendo en cuenta los resultados de este estudio, parece claramente favorable a la teofilina, dado el elevado porcentaje de RN que tuvieron que abandonar el tratamiento con CO2 por fallo del mismo. Se ha de tener presente, además, que en este periodo de la vida incluso mínimos cambios de gradiente en el CO2 arterial, si son bruscos, predisponen a las hemorragias intraventriculares7; además, los niveles de CO2 en sangre arterial dependen no solo de la regulación de su flujo, si no de múltiples factores. Como necesaria reflexión final, parece sorprendente que un estudio de estas características incluya una intervención potencialmente peligrosa como es la administración de CO2, cuando el tratamiento de elección, las xantinas (y en especial la cafeína), está bien establecido por su eficacia y seguridad. Es difícil explicar que el protocolo de este ECA haya conseguido la autorización pertinente y obligada de un comité ético de investigación clínica y, además, haya conseguido ser publicado en una de las principales revistas pediátricas mundiales.
Aplicabilidad en la práctica clínica: el CO2 no constituye en ningún caso una alternativa terapéutica a la teofilina para el tratamiento de la apnea de la prematuridad, por lo que no debe utilizarse. Tampoco es una práctica habitual en las Unidades de Neonatología, y no supone ninguna ventaja en el manejo de la apnea de la prematuridad respecto a las metilxantinas (y más utilizada la cafeína que la teofilina), que tienen una muy favorable relación beneficios-riegos-costes.
Conflicto de intereses de los autores del comentario: no existe.

Cómo citar este artículo

Rivas Fernández MA, Sánchez Bueno I, Buñuel Álvarez JC. Las xantinas siguen siendo el tratamiento de elección de la apnea de la prematuridad. Evid Pediatr. 2012;8:54.

Bibliografía


  1. Committee on fetus and newborn. American Academy of Pediatrics. Apnea, sudden infant death syndrome, and home monitoring. Pediatrics. 2003;111:914.
  2. Bernaola Aponte G, Aparicio Sánchez JL. En los recién nacidos afectos de apneas de la prematuridad, el tratamiento con cafeína parece tener un efecto beneficioso sobre el desarrollo neurológico a largo plazo. Evid Pediatr. 2008;4:4.   
  3. Henderson-Smart DJ, De Paoli AG. Prophylactic methylxanthine for prevention of apnoea in preterm infants. Cochrane Database Syst Rev. 2010;(12):CD000432.
  4. Schmidt B, Anderson PJ, Doyle LW, Dewey D, Grunau RE, Asztalos EV et al. Survival without disability to age 5 years after neonatal caffeine therapy for apnea of prematurity. JAMA. 2012;307:275-82.
  5. González de Dios J, Balaguer Santamaría A. El tratamiento de la apnea de la prematuridad con cafeína parece eficaz para disminuir la incidencia de displasia broncopulmonar. Evid Pediatr. 2006;2:44.
  6. Al-Saif S, Alvaro R, Manfreda J, Kwiatkowski K, Cates D, Qurashi M et al. Randomized controlled trial of theophylline versus CO2 inhalation for treating apnea of prematurity. J Pediatr. 2008;153:513-8.
  7. Fabres J, Carlo WA, Phillips V, Howard G, Ambalavanan N. Both extremes of arterial carbon dioxide pressure and the magnitude of fluctuations in arterial carbon dioxide pressure are associated with severe intraventricular hemorrhage in preterm infants. Pediatrics. 2007;119:299.

 

 

El sobrepeso-obesidad durante la primera infancia se asocia a mayor riesgo de asma bronquial a los ocho años

 

 

AVC | Artículos Valorados Críticamente:
Magnusson JÖ, Kull I, Mai XM, Wickman M, Bergström A. Early childhood overweight and asthma and allergic sensitization at 8 years of age. Pediatrics. 2012;129:70-6. D.O.I.: 10.1542/peds.2010-2953.

Revisores: Domenech Zarketa D1, Castan Campanera A2, Lojo Pons P3

1Servicio de Pediatría. Hospital Universitario Dr. Josep Trueta. Girona (España).
2Hospital Universitario de Girona Josep Trueta. Girona. Girona (España).
3Hospital Universitario de Girona Josep Trueta. Girona (España).
Correspondencia: Daniel Domenech Zarketa. Correo electrónico: dome_dash@hotmail.com
Palabras clave: sobrepeso; obesidad; asma
Keywords: overweight; obesity; asthma
Fecha de aceptación: 17/07/2012   Fecha de publicación: 25/07/2012  

Resumen Estructurado


Objetivo: determinar si el índice de masa corporal (IMC) ≥ al percentil 85 (P 85) o bien los cambios en el IMC durante los primeros siete años de vida influyen en la presencia de asma o sensibilización a alérgenos a los ocho años.
Diseño: cohorte histórica.
Emplazamiento: comunitario. Seguimiento de una cohorte poblacional desde el nacimiento en Suecia.
Población de estudio: la cohorte estaba formada por 4089 niños. Se obtuvo el consentimiento paterno para acceder a los registros de peso y talla en 2887 (71%) y fue posible disponer de estos datos en 2598 niños. Las variables de exposición y resultado se pudieron determinar en 2075 niños (51%).
Evaluación del factor de riesgo: IMC medido a los 12 y 18 meses y a los  4 y 7 años de edad. El cambio en el estatus de IMC se clasificó en cuatro categorías:
  • IMC persistentemente normal a todas las edades.
  • IMC ≥ P 85 a los 12-18 meses y normal a los siete años.
  • IMC normal a los 12-18 meses y ≥ P 85 a los siete años.
  • IMC ≥ P 85 a todas las edades.
Se midieron otras variables que podían actuar como factores de confusión: género, peso al nacimiento, edad materna, sobrepeso materno, historia familiar de enfermedad alérgica, estatus socioeconómico, tabaquismo, duración de la lactancia materna y prevalencia de asma.
Medición del resultado: asma a los ocho años definida como al menos cuatro episodios de sibilancias en los cuatro meses previos o al menos un episodio durante el mismo periodo con uso ocasional o regular de corticoides inhalados. La sensibilización a los ocho años se definió como al menos sensibilización a un alérgeno (neumoalérgenos y alérgenos alimentarios) medida mediante IgE específica (≥ 0,35 kU/l).  Análisis estadístico: se determinó la odds ratio ajustada (ORa) mediante regresión logística acompañada de su intervalo de confianza del 95% (IC 95%).
Resultados principales: existió asociación entre presencia de asma y un IMC ≥ P 85 a los 12 meses (ORa: 1,62; IC 95%: 1,01 a 2,6), a los cuatro años (ORa: 1,72; IC 95%: 1,06 a 2,8) y a los siete años (ORa: 2,13; IC 95%: 1,36 a 3,35). Cuando el IMC fue normal a los 12-18 meses y ≥ P 85 a los siete años, existió mayor riesgo de asma (ORa: 2,51; IC 95%: 1,45 a 4,35). Cuando  el IMC fue ≥ P 85 a los siete años (siendo normal en edades previas), la ORa para el asma fue de 2,09 (IC 95%: 1,09 a 3,98). Cuando el IMC fue normal a los siete años no existió mayor riesgo de asma (ORa: 1,21; IC 95%: 0,69 a 2,11). Respecto a la sensibilización a alérgenos un IMC  ≥ P 85 a los 12 meses y a los siete años se asoció a mayor riesgo de asma (ORa a los 12 meses: 1,43; IC 95%: 1,04 a 1,96; ORa a los siete años: 1,42; IC 95%: 1,02 a 1,97). El resto de comparaciones a otras edades no fueron significativas.
Conclusiones: un IMC ≥ P 85 elevado durante los cuatro primeros años de vida no se asocia a mayor riesgo de asma si el IMC fue normal a los siete años. Un IMC ≥ 85 a los siete años se asoció a un riesgo aumentado de asma y sensibilización a alérgenos.
Conflicto de intereses: no existe.
Fuente de financiación: ayudas del Stockholm County Council, Herat and Lung Founf¡dation, Swedish Asthma and Allergy Foundation for Health Care Science y Swedish Research Council.

Comentario Crítico


Justificación: tanto las enfermedades alérgicas en general como el asma en particular están sufriendo un incremento en los últimos años. Algunos estudios han sugerido la posible influencia del sobrepeso-obesidad en este incremento de la prevalencia de estos trastornos, aunque con resultados poco concluyentes1,2. Si la asociación es cierta puede significar la apertura de una nueva vía de tratamiento del asma bronquial mediante medidas de control del peso en niños con sobrepeso. Por ello, son necesarios estudios de cohortes de una base poblacional amplia como el aquí comentado.
Validez o rigor científico: se trata de un estudio de cohortes de emplazamiento comunitario. Cumple con los principales criterios de calidad metodológicas a un estudio de estas características, aunque se ha de resaltar el elevado número de pérdidas, achacables a que el estudio es una cohorte histórica y las variables de exposición y resultados se han obtenido de registros. En cualquier caso, las pérdidas no están relacionadas ni con la exposición ni con las variables de respuesta aunque el elevado porcentaje de las mismas recomienda prudencia a la hora de interpretar los resultados.
Importancia clínica: cuando a los siete años el IMC fue ≥ P 85 (siendo normal en edades previas) la ORa para el asma fue de 2,09 (IC 95%: 1,09 a 3,98). Y cuando el IMC fue normal a los siete años no existió mayor riesgo de asma a los ocho (ORa: 1,21; IC 95%: 0,69 a 2,11). Estos resultados son concordantes con otros estudios de cohortes que exploran hipótesis similares1,3,4 y sugieren una nueva vía de actuación para la prevención del asma actuando sobre el sobrepeso-obesidad en los primeros años de la vida. En ausencia de análisis de costes que evalúen la relación coste-efectividad de la actuación sobre el sobrepeso-obesidad a edades tempranas para reducir la prevalencia de asma, la relación beneficios-riesgos-costes es seguramente favorable al no tratarse de intervenciones de riesgo y que pueden producir además beneficios directos sobre la disminución de la incidencia de asma e indirectos sobre otros problemas de salud asociados a la obesidad.
Aplicabilidad en la práctica clínica: los resultados de este estudio y de otros similares recomiendan actuar sobre el sobrepeso-obesidad en edades tempranas de la vida para reducir el riesgo de desarrollo de asma bronquial. Esta actuación debería llevarse a cabo a un bajo coste desde las consultas de Atención Primaria.
Conflicto de intereses de los autores del comentario: no existe.

Cómo citar este artículo

Doménech Zarketa D, Castan Campanera A, Lojo Pons P. El sobrepeso-obesidad durante la primera infancia se asocia a mayor riesgo de asma bronquial a los ocho años. Evid Pediar. 2012;8:57.

Bibliografía


  1. Scholtens S, Wijga AH, Seidell JC, Brunekreef B, de Jongste JC, Gehring U, et al. Overweight and changes in weight status during childhood in relation to asthma symptoms at 8 years of age. J Allergy Clin Immunol. 2009;123:1312-8.e2.
  2. Sidoroff V, Hyvärinen MK, Piippo-Savolainen E, Korppi M. Overweight does not increase asthma risk but may decrease allergy risk at school age after infantile  bronchiolitis. Acta Paediatr. 2012;101:43-7.
  3. Schachter LM, Peat JK, Salome CM. Asthma and atopy in overweight children. Thorax. 2003;58:1031-5.
  4. Gold DR, Damokosh AI, Dockery DW, Berkey CS. Body-mass index as a predictor of incident asthma in a prospective cohort of children. Pediatr Pulmonol. 2003;36:514-21.

viernes, 20 de julio de 2012

Estimados socios 

Se le comunica que la Proxima sesion del mes d Agosto  se llevara a cabo el dia 10 de Agosto o sea el segundo viernes del mes , por compromiso de trabajo de la Profesora que impartira la Conferencia.

Conferencia:"Trastornos Gastrointestinales Transitorios en el lactante"

Dra. Martha Patricia Marquez Aguirre
UNAM
Egresada del INP
Especialista en Terapia Intensiva Pediatrica, Diplomado en Fisiologia Respiratoria
Miembro de la  Academia Mexicana Pediatria, Academia Mexicana Bioetica,  Sociedad Mexicana Pediatria

ACTUALMENTE:
Secretario del Consejo Mexicano de Terapia Intensiva Pediatrica
Profesor Titular de medicina del Enfermo Pediatrico en estado Critico  UNAM- INP desde 1985
Asesor Tecnico de la Lic. en Nutricion. Universidad Autonoma Metropolitana- Xochimilco  desde 1994
Medico Adscrito al departamente de Terapia Intensiva  del INP de la SSA

SEDE. HOTEL BALAJU  VIERNES 10 DE AGOSTO 2012 21.00 HRS

PATROCINA MEAD JOHNSON

ESPERAMOS SU COMPRENSION  PARA QUE AJUSTEN SU AGENDA Y NOS ACOMPAÑEN 



GRACIAS  LA DIRECTIVA

jueves, 12 de julio de 2012

LIBRO ACTUALIZADO DE ASMA BRONQUIAL



ESPERANDO SEA DE UTILIDAD,  SALUDOS

http://ivancevichmd.blogspot.com.ar/2012/05/bronchial-asthma-emerging-therapeutic.html